jueves, 22 de abril de 2010

Sant Jordi


Cuando yo contestaba: "Escritor", el empleado de aduanas me repetía: "No, le he preguntado la profesión". (Luis Sepulveda)
Ser escritor no equivale a publicar. Igual que no publicar no implica no ser escritor. Pero cuando escribir es un tic, una deformación casi y se convierte en una obsesión, un acumular constante de ideas mal garabateadas en un tiquet de metro o en los escasos rincones libres de la agenda, entonces uno se da cuenta que está infectado. Sartre podía pasar cuatro horas seguidas sin levantar la vista del papel. Yo puedo pasar cuatro horas con la vista perdida en el mundo, trazando mentalmente una frase, una escena, un crimen, un encuentro, un retrato, una práctica íntima y privada que hace un tiempo intenté hacer pública. Es por eso que mañana me enfrento a mi primer Sant Jordi como autor. Lo haré entre la vorágine de autores mediáticos, de otros que deberán organizar colas como en los aeropuertos o de los que venderán igual ese día que durante el resto del año, que para eso están expuestos al público. Escribir no debe ser eso, pensará alguien, pero si mañana me ves con cara de perdido y con un boli negro en la mano, acércate, que yo tendré más miedo que tú.

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